Mídia Sem Máscara, año 1, número 3, 18 de septiembre de 2002
Olavo de Carvalho
Al estar involucrada en una obsesiva campaña con el fin de denigrar la planeada intervención americana en Iraq, los medios de comunicación brasileños ocultan a los lectores no sólo los preparativos chinos para la invasión de Taiwan, sino también el inminente ataque ruso a Georgia, anunciado por el propio Vladimir Putin en la TV rusa hace pocos días.
La lógica de esas ocultaciones es evidente: el gobierno de Saddam Hussein es el cuartel-general del terrorismo antiamericano, mientras que Taiwan nunca ha hecho nada contra China y los pocos ataques terroristas que Rusia padece de Georgia no provienen del gobierno local, sino de grupos radicales islámicos en lucha abierta contra el propio ejército georgiano. Si las tres invasiones anunciadas fuesen expuestas en los medios de comunicación con igual relieve, la superioridad moral de los motivos americanos en comparación con los rusos y chinos saltaría a la vista del lector, y eso sería una tragedia que hay que evitar a toda costa, ¿no es así?
En resumidas cuentas, la izquierda nacional triunfante sueña con un acercamiento de Brasil a Rusia y a China, y no caería nada bien mostrar que esas dos naciones son incomparablemente más agresivas y más imperialistas que los execrados EUA. ¿Qué cara tendría que poner el futuro ministro de asuntos exteriores del gobierno Lula, Marco Aurélio Garcia?
Peor aún. Putin está ostensivamente en contra del ataque americano a Iraq, mientras que el presidente georgiano, Eduard Shevardnadze, es pro-americano. La amenaza de invadir Georgia sirve a Putin como doble arma de chantaje: por un lado, contra EUA, para que, temiendo por el destino de una nación amiga, piense dos veces antes de atacar a una enemiga; por otro, contra Georgia misma, para inducirla a abdicar de su política externa independiente y a curvarse dócilmente a los mandamientos de la Madre Rusia.
El 12 de septiembre, el Parlamento georgiano hizo un llamamiento a las Naciones Unidas, a la OTAN y a otros organismos internacionales para que detengan la iniciativa soviética. Los medios de comunicación brasileños han ignorado solemnemente el caso. En verdad, sin embargo, la agresión, discretamente, ya ha comenzado. Shevarnadze ha dado constancia personalmente de un bombardeo realizado por la aviación rusa en el Estrecho de Pankisi, que mató a un civil e hirió a siete.
El Ejército georgiano tiene sólo 17 mil soldados y no podrá oponer resistencia a una invasión rusa.
Comprobar:
http://www.eurasianet.org/departments/insight/articles/eav091202.shtml y http://www.newsmax.com/archives/articles/2002/9/18/143518.shtml